En la última edición de la temporada del programa de Unidad por Trabajo Digno “Dignificar el trabajo” en Radio Universidad de Chile, conversamos con la Vicepresidenta adjunta de la Convención Constitucional e integrante de la Comisión de Armonización, Bárbara Sepúlveda, con quien abordamos las implicancias de la Democracia Paritaria, los derechos de las mujeres trabajadoras. los cuidados en el borrador de la Nueva Constitución y la necesidad de ratificar el Convenio 190 de la OIT para prevenir la violencia y el acoso en los lugares de trabajo.
La convencional constitucional explicó que la Comisión de Armonización está a cargo de unificar el lenguaje del borrador, corregir los textos. “Armonizar significa también revisar si hay reiteraciones, eventualmente disminuir y fusionar los artículos. Tenemos que ordenar el texto para ver cuál va a ser el artículo primero, cuál es el final. Todas las decisiones que hay que tomar para que el texto quede perfecto para ser entregado al Presidente de la República y sea sometido al plebiscito del 4 de septiembre”.
Respecto de las normas que pasaron al borrador de la Nueva Constitución que representan un mayor avance en profundización democrática, Bárbara Sepúlveda señaló que “una de las incorporaciones en materia de género que nos pone a la vanguardia a nivel mundial tiene que ver con la Paridad”.
La abogada constitucionalista explicó que la paridad establecida en la constituyente refleja un piso mínimo. “Eso significa que desde un 50% en adelante las mujeres deben estar incorporadas, porque efectivamente las mujeres somos más del 50% de la población y la corrección histórica al desplazamiento, la exclusión, la discriminación que hemos sufrido las mujeres (especialmente en el ámbito de lo público) hoy día merece que podamos equiparar esa cancha”. Sobre la aplicación de las normas legales de Democracia Paritaria, la convencional señala que ha proyectado que el proceso no debería demorarse más de cinco años.
En materia de prevención de acoso y violencia en los lugares de trabajo a la que insta el Convenio 190 de la OIT, Bárbara Sepúlveda señaló que están las condiciones para su aprobación por parte del Estado de Chile. “Para ello han cobrado un rol importante las trabajadoras, las asociaciones de funcionarias, los sindicatos donde hay mucha presencia de mujeres. Éste ha sido un tema que ya lleva bastantes años. Me parece que éste es un momento político propicio para impulsar la aprobación del Convenio 190 de la OIT”.
“Hoy con una Nueva Constitución que garantiza que el espacio laboral esté libre de violencia contra las mujeres y sea un espacio de relaciones igualitarias, también respecto de la compatibilidad entre la vida familiar y laboral, tenemos un contexto que nos permite pensar que hoy día es muy factible que se pueda aprobar ese convenio. También nos serviría para impulsar otras transformaciones que son necesarias y urgentes en materia laboral. Además de la Nueva Constitución, que viene con un catálogo de derechos laborales bastante robusto”.
Igualdad salarial entre hombres y mujeres
En relación a la brecha salarial que persiste a pesar de la ley, la convencional cree que hay una modificación legal que hacer. Si bien la declaración normativa de “igual pega, igual paga” es correcta, hay una deficiencia en su aplicación.
En el trabajo en el ámbito privado y en la Administración pública, contemplan excepciones o justificaciones en la desigualdad salarial (como que se establezcan diferencias salariales por capacidad o habilidades, que no son claramente medibles con criterios objetivos), lo que genera las condiciones para que esa ley no se aplique. Otro problema es que quien debe denunciar la situación es quien sufre la discriminación, lo cual es un desincentivo para la denuncia.
Sobre el sistema de cuidados, la abogada sostiene que es una ´reparación histórica´. “Los cuidados es una labor vital, que no puede no realizarse”, afirma y sostiene que en sociedades como las nuestras la idea del trabajo doméstico y de cuidados se ha privatizado, ha sido reducido al ámbito privado de las familias. Se ha naturalizado que las labores de la casa las realicen las mujeres, lo que ha sido una carga sin apoyo para las mujeres que se hacen cargo, las jefas de hogar, que cuidan (no sólo niños, sino también enfermos, ancianos, personas dependientes).
“Es una cuestión de justicia histórica, pero también tremendamente necesario que se valorice, más allá de si producen o no bienes para mercantilizar, de eso no se trata; se trata de cómo se echa a andar la máquina del mundo. Las mujeres hemos cumplido ese rol, que ha sido tremendamente vilipendiado”.
“La idea del reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado y de cuidados busca, por ejemplo, generar una igualdad en las pensiones, poder tener una compensación por todo ese trabajo invertido que sí ha hecho y que sí ha tenido un impacto social”. Agregó que “ojalá algún día no sean labores realizadas sólo por mujeres, sino compartidas y que el Estado se haga cargo de los cuidados, que tengamos un rol social, colectivizado de cuidarnos entre nosotros y nosotras”.
La Vicepresidenta adjunta de la Convención Constitucional finalizó señalando que “en la Nueva Constitución por primera vez se reconoce y se visibiliza este trabajo y se busca, además, la justicia histórica de la compensación, por ejemplo, para incorporarlo en el sistema de seguridad social”.-
Escucha aquí la entrevista a Bárbara Sepúlveda.
Aquí puedes ver la conversación en Radio Universidad de Chile.